miércoles, 19 de agosto de 2015

EL CIERRE DEL PENAL DE PUNTA PEUCO: SU IMPORTANCIA PARA EL FUTURO.


Muchos seguramente dirán que instalar nuevamente la discusión sobre la existencia o no en nuestro país, de establecimientos penales especiales para personas condenadas por delitos de lesa humanidad, es decir, graves crímenes sobre violaciones a los DD. HH. cometidos especialmente bajo la dictadura militar, es una cuestión del pasado, y que lo mejor que podemos hacer es avanzar hacia una especie de reconciliación forzada, a costa de olvidar (especialmente las victimas) los trágicos hechos ocurridos bajo la dictadura, ya que en último caso, los culpables están condenados y presos.

Sin embargo, la Cámara de Diputados, en especial los de la “Nueva Mayoría” y algunos independientes, acaban de aprobar y enviar a la Presidenta de la República, un Proyecto de Acuerdo, solicitando no solo el cierre del Penal de Punta Peuco, sino que también, “despojando a estos reos de su rango y sueldo, retirando además sus fotografías e imágenes de los cuarteles militares”, señalan.

Pero el tema del cierre de la Cárcel de Punta Peuco no es nuevo. Es más, nuestra asociación, la ANFUP, hizo ver en Cesión Especial de la Comisión Investigadora de la Cámara de Diputados, en enero del año 2011, con ocasión del incendio de la Cárcel de San Miguel. Nuestra organización venía denunciando la crisis carcelaria, derivada principalmente de los altos índices de hacinamiento, ante un Estado que no tenía ni tiene respuestas para enfrentar el problema carcelario; denunciábamos entre otras cosas, los privilegios que en democracia ostentan los condenados por crímenes de lesa humanidad, en comparación a los presos por delitos comunes, quienes deben sobrevivir a un régimen penitenciario desgastado y colapsado en toda su expresión. En suma, proponíamos ya en ese tiempo el cierre de estos establecimientos penales privilegiados como era la “Cárcel” Cordillera y Punta Peuco , y que como tales.  En la ocasión expusieron por la ANFUP,  los Dirigentes Nacionales, Oscar Benavides y Boris Henríquez.  

Es importante reafirmar que no basta con el cierre de estos establecimientos penitenciarios, por cuanto es evidente la falta de infraestructura carcelaria que tiene nuestro país, sin embargo, sí pueden ser utilizados de la manera que lo venimos sosteniendo como ANFUP, esto es, en centros especiales de reinserción, para internos condenados por delitos comunes. Así las cosas redestinar etas dependencias  en centros de reclusión para reos comunes, podría contribuir a descongestionar a descongestionar los demás establecimientos penales. Incluso proponíamos la transformación de éstos, en Centros de Reinserción o Centros de Educación y Trabajo, de tal manera que fueran una contribución efectiva a la rehabilitación de los internos.

Sin embargo, nada de ello se ha concretado, y solo el 26 de septiembre de 2013, el Gobierno del Sr. Piñera, anunció el cierre del Penal Cordillera, tomando en cuenta tres principios, “el de igualdad ante la ley, seguridad de los internos, y el normal y más eficiente funcionamiento de Gendarmería”. Algo parecido se espera que ocurra en la actualidad con el cierre del Penal Punta Peuco, ahora a manos de la actual Presidenta de la República, especialmente cuando quienes conformaban la oposición en ese tiempo, celebraban la decisión del entonces Presidente.

Pero más importante que las razones esgrimidas por el Gobierno de la época, cuando decidió cerrar el Penal Cordillera, que por cierto pueden ser consideradas legítimas, es aquella que dice relación con la responsabilidad que tiene un Estado y especialmente un Gobierno democrático, de entregar una señal para el futuro de las generaciones, respecto al irrestricto respeto que debe tener nuestro país en materia de Derechos Humanos, independiente de la calidad que ostenten sus nacionales, y que de transgredir éstos, el Estado actuará decididamente, garantizando la total persecución penal y el castigo a los criminales, sin concesiones de ninguna naturaleza, como aquellas que se entregaron en su época, y que tan cuestionables, hoy nos parecen.

CREACIÓN DE LOS RECINTOS PENALES ESPECIALES PARA MILITARES:


Se hace presente que el centro penal de Cordillera se emplazó al interior del comando de Telecomunicaciones del Ejército, y fue creado mediante el decreto 956, el 22 de noviembre de 2004, bajo el gobierno del ex presidente Ricardo Lagos. 






 El penal Punta Peuco fue creado por un decreto del 14 de junio de 1995, durante el gobierno de Eduardo Frei, para que cumplieran reclusión el general (R) Manuel Contreras y el brigadier Pedro Espinoza, tras ser condenados por el asesinato del ex canciller Orlando Letelier

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